martes, 18 de octubre de 2016

Gorgas de Kakueta (Sainte-Engrâce, Pirineo Atlántico, Francia)

Siguiendo con algunas de las mejores rutas para hacer con niños en el pirineo francés, traemos en esta ocasión una 5 estrellas. Un auténtico espectáculo, en la forma de un gorga excavada por el río Uhaitza. La garganta de Kakueta, en francés Gorges de Kakouetta o Kakuetta, es un estrecho desfiladero abierto en la piedra caliza repleta de cuevas y cascadas. En su recorrido el río va recibiendo aportes de corrientes subterráneas provenientes del kárst de Larra como el río San Jorge o el San Martín. Fue explorada por primera vez en 1906 por el "padre" de la espeleología moderna, Édouard Alfed Martel. Ruta indispensable y a planificar sin duda alguna.

Aunque a priori pensé que para un practicante de descenso de barrancos hacer una ruta por pasarelas y escaleras, etc., por una gorga, no iba a llamarme la atención, resulto todo lo contrario. Si, es una gorga de cierta longitud, repleta de escaleras, pasarelas, etc., pero en un entorno magnífico. Aunque hay barrancos mucho más espectaculares, sin duda alguna es la única forma de poder llevar los paisajes del interior de los  barrancos a todos los públicos, tanto niños, como personas de cierta edad. Tal vez así se pueda comprender un poco más el motivo de que muchos de nosotros estemos totalmente enganchados al mundo del descenso de cañones.

Como siempre, antes de nada, adjuntamos enlace al fichero kmz para google-earth o para cargar en cualquier software GPS que soporte este tipo de ficheros. Esta ruta, no circular, que supone un total, ida y vuelta, de aprox. 8 kms., nos adentrará en las estrecheces y pasadizos de las Gorgas de Kakueta. La ruta nos supondrá cerca de 3 horas, con calma, disfrutando y haciendo fotos. Además podremos ver algunas cuevas y unas estéticas cascadas o saltos de agua.

Se localiza en las proximidades de la ruta de la Pasarela de Holzarte. Accediendo por Licq-Athérey, seguiremos dejando a nuestra derecha el desvío a Holzarte, hasta llegar al primer aparcamiento de Kakueta. En el caso de ir en autocaravana, preferible dejar el vehículo en el primero aparcamiento que nos encontramos. Luego seguiremos unos cuantos metros por la carretera hasta un desvío a derecha por una fuerte pendiente descendente hasta el bar-terraza "La Cascade" y la taquilla de acceso a Kakueta (tarifas: adultos, 4.50 euros y niños: 3.50 euros.; niños menores de 7 años gratis).

Tras pasar la taquilla, descendemos hasta una zona amplia en la que confluyen las gorgas de Kakueta con el río Uhaytza. Aquí se aprecia una gran explanada y cierto movimiento de tierra que afea considerablemente esta zona. Tal vez se deberían hacer tareas de acondicionamiento para devolver a este punto un aspecto algo más natural.

Por la izquierda ascendemos por un sendero con barandillas y atravesamos el Uhaytza por una pasarela a poca altura. Seguimos por sendero (siguiente fotografía) para luego volver a nivel de río.


Luego por un camino ascendente, entre boque. Una fuerte bajada nos mete en el tramo más espectacular del recorrido. Atravesamos un túnel en roca para llegar a la zona de pasarelas colgadas (siguientes fotografías).


Cada cierta distancia se localizan paneles solares con dispositivos de seguridad.


Lentamente nos vamos adentrando en Kakueta.


Con algunos tramos ascendentes, y otros descendentes, siempre totalmente protegidos por barandillas en madera. Observamos visitantes de todas las edades, de los más pequeños, metidos en las mochilas de sus padres, o los de más avanzada edad. Nos llama la atención algún visitante que lleva un calzado nada adecuado para la ruta. Aunque es una ruta sencilla, de tacones, zapatitos lisos, o cosas similares, mejor nada.


Las paredes van ganando en altura y espectacularidad.


Con las pasarelas avanzando a todo tipo de alturas, en algunas ocasiones próximas la río.


Continuas bajadas y subidas de pendientes suaves. En el caso de que la madera esté mojada, cuidado con los resbalones.


En otros tramos, sencillos, se localizan pasamanos. La roca del suelo está muy pulida.


Como suele ser habitual, llama la atención los tonos verdosos del agua, ¿tiene color el agua?.


En algún punto cambiamos de margen de río, por un sólido puente, equipado con escaleras en piedra.


Para entrar en una zona de pequeñas cascadas.



Todo el recorrido está perfectamente equipado con cadenas, pasamanos, escaleras en piedra y madera, etc., lo que hace que sea asequible para todo tipo de caminantes.



Algunos árboles se afanan en tratar de ganarle terreno al sendero.



Carteles informativos nos muestras los datos del entorno en el que nos encontramos, paredes de 300 metros de altura, en un recorrido de aprox. 3,5 kms. También nos informan de la formación geo-morfológica de la zona, un claro y espectacular ejemplo de sistema kárstico, en el que el agua es el protagonista principal.


Llegando a uno de los puntos más espectaculares del recorrido, la cascada de Kakueta, un salto de agua de aprox. 20 metros.


Se puede pasar por detrás de dicha cascada.



Sin duda alguna uno de los puntos más interesantes de esta ruta.



Seguimos río arriba, volviendo la vista hacia el salto de agua.


Unos 300 metros más adelantes llegamos a una pequeña cueva, en la que nos adentramos, y que constituye el punto final de la ruta (siguientes fotografías).






De regreso volvemos a detenernos en la cascada de Kakueta para observar las instalaciones en fijo para progresión de espeleólogos. Se pueden observar cuerdas en fijo a cierta altura en la siguiente fotografía.



En algunas pozas los tonos verdosos se hacen más intensos.


Dejando atrás algunas de las pequeñas cascadas del río.


Para volver sobre nuestros pasos, por los distintos tramos de pasarelas.




En otro punto la caliza ha dibujado una auténtica obra escultórica, ahora cubierta de musgo.



Para volver al tramo más excavado y estrecho.







No se pueden resistir a bajar al agua a mojarse un poco.


Un paseo muy agradable en un entorno tranquilo. Hemos hecho esta ruta a última hora de la tarde, como complemento a un día completo unido a la ruta de la Pasarela de Holzarte. Posiblemente sea el mejor momento de visita, siendo agosto, al no encontrar un número excesivamente grande de visitantes, frente a lo que posiblemente nos podamos encontrar por la mañana.


En otro punto nos detenemos un buen rato a disfrutar de una estrecha chorrera que baja por la pared.



Para volver a los largos pasillos por las pasarelas.



Saliendo del tramo más estético del recorrido por un túnel excavado en la caliza.


Los últimos tramos con cierta pendiente nos llevarán al inicio de ruta y al bar de la entrada.


Luego, para rematar lo que queda de día, subimos al inicio del descenso del Oilloki (siguientes fotografías), que tenemos en mente descender al día siguiente. Llueve durante la noche y con no mucho sol, decidimos abortar el descenso. El día siguiente lo dedicaremos a visitar la zona de la Piedra de San Martín.






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