viernes, 1 de septiembre de 2017

Barranco de Almanchares o el Saltillo (Canillas de Aceituno, Málaga)

En 2017 planificamos, entre otras actividades, el descenso de este barranco con niños. Pero antes de nada, para no repetir información, incluimos algunas de las referencias utilizadas. En todo descenso que planificamos, y más con niños, todo suele empezar en la página de topocanyons. La herramienta más valiosa que conozco para nuestra logística. Una potente base de datos con información de miles de barrancos de todo el mundo, con referencias, tracks, información de caudales, fotografías, etc., etc., etc. Aprovecho esta entrada para enviar un fuerte abrazo a Morta, gracias por todo. De la página de actionman vimos que el barranco se encuentra en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama y, por lo tanto, que tendremos que gestionar una autorización para el descenso. También tienen disponible un track de la aproximación así como otra mucha información. Y de la de Eastwood información general y un croquis del descenso.

Antes de nada, contactamos con la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de Málaga, para solicitar información sobre la tramitación de la autorización. Se tuvo que hacer en formato papel y por registro en ventanilla, sin posibilidad de electrónico, algo que nos parece prehistórico en la época de la e-administración. Se registro el 30 de mayo y ese mismo día también se les remitió por email solicitando la mayor celeridad posible para poder, entre otros temas de logística, reservan alojamiento en la zona. 20 días después nos llegaba la autorización. Tanta demora en este proceso hizo que todos los alojamientos próximos a la zona del descenso, en Canillas de Aceituno, estuviesen llenos, lo que nos obligó a tener que irnos lejos, concretamente a Alaucín, al Cortijo del Alcazar. Relación calidad precio recomendable. Solicitar a nuestras administraciones mejoren este tipo de tramitaciones para facilitar la práctica deportiva y la gestión de la logística involucrada. Para nuestra sorpresa, si en el caso de Málaga nos supuso mucho tiempo la gestión de autorización, para otro de los descensos realizados, el de la Gargante Verde, en este caso en Cádiz, la autorización únicamente se demoró 3 días. Nuestro total agradecimiento a la Consejería de Medio Ambiente de Cádiz por el magnífico trato y completa información que nos proporcionaron por teléfono y por la gran rapidez en las gestiones. En este caso si nos pudimos alojar prácticamente al lado del retorno del descenso, lo que se agradece considerablemente y de forma especial al ser una actividad con niños.

Bonito descenso que en julio-agosto, con poco caudal, no presenta dificultad técnica alguna. Únicamente necesario saber progresar en cuerda. Con el peto en estas fechas más que suficiente. Con gran caudal ganaría mucho aunque, en ese caso, mejor sin niños. Descenso corto formado principalmente por dificultades que, en ningún caso, superan los 15 metros, pequeños toboganes y algún salto puntual. El recorrido-descenso está próximo a los 1,5 kms.

El descenso se localiza a unos 3kms. de Canillas de Aceituno, en dirección a Sedella. Aunque, antes de nada, incluimos un fichero kmz para google-earth maps para que puedas posicionarte en el inicio de la aproximación y disponer del correspondiente track a cabecera. Supone un total de 2 kms. por una ruta-sendero espectacular, la denominada de el Saltillo. Aunque se podría hacer esta ruta completa desde el mismo Canillas de Aceituno, dado que el objetivo es el descenso del barranco, decidimos hacer la aproximación corta, partiendo del área recreativa de La Rahige, a 3 kms. de Canillas. En dicha área se localiza una zona a la izquierda de la carretera, antes de una curva con puente sobre el río Almanchares, con espacio para aparcar varios vehículos. Descenso a un único coche. En este punto se inicia la aproximación. Por sendero barranquero en algún punto algo perdedor y con una considerable pendiente ascendente en todo momento. El disponer del track en nuestro móvil facilita este tramo considerablemente. Aunque seguir la senda más marcada puede llegar a ser suficiente.

En la siguiente fotografía en el primer tramo desde el área recreativa, iniciando la aproximación.


Subiendo en todo momento, por el sendero más aparente, vemos la carretera que nos ha llevado al área recreativa al fondo del valle, a nuestra derecha. Cogemos altura rápidamente.


Hasta llegar a una caseta que supone el fin del ascenso. El resto de la ruta será de poca pendiente, casi horizontal. La sombra del caseto nos permite resguardarnos un poco del sol, antes de continuar ruta. Los grandes tubos, presentes en este y otros muchos ríos andaluces, son la tónica general. Es habitual ver ríos prácticamente secos por la acción del hombre. Demasiadas piscinas para tan poca agua. (-:


El resto del sendero es un placer para nuestros ojos, por pasarelas, en algún punto a considerable altura. En la siguiente fotografía se aprecia el tramo del descenso a la derecha.


Luego disfrutamos de las pasarelas de El Saltillo. !!!Qué bonito!!!. La ruta vale la pena totalmente, indistintamente del propio descenso.


Una virgen del camino con niño nos vigila en las paredes del sendero.


En algún punto se avanza a bastante altura sobre el cauce.


Pero bien protegidos por pasarelas con barandilla.


En la siguiente, como siempre, el tubo, poniendo la nota antimedioambiental del entorno. Al fondo las pasarelas.


El sendero se va aproximando al cauce, en cuyo punto de intersección se inicia el descenso. Al llegar al cauce nos encontramos varios operarios que están trabajando en la instalación de nuevos tramos de tubos para quitarle el agua al tramo superior del Almanchares, por encima del punto de inicio. Es curioso, ese tramo está prohibido por medio ambiente para la práctica deportiva del descenso de barrancos, pero sin embargo no hay problema en instalar tuberías para, prácticamente, secar el poco caudal que lleva en ese tramo en estas fechas. Y aquí comienza el descenso. Pequeños rápeles que presentan un caudal reducido. Agua limpia, cristalina.


Todo sirve para disfrutar. Cualquier tobogán es bueno por pequeño que sea.



Las vetas en la roca nos muestran diversos juegos de dibujos y trazados. En algún momento me recuerdan a las observadas en el descenso del Val Cresciano-Torrente Boggera de Suiza.


Ellos buscan toboganes en los sitios más impensables.




Para entrar en varias dificultades de progresión vertical de pocos metros y escasa dificultad (con este caudal).



Un tramo de progresión horizontal, sin dificultades, nos sorprende por lo colorido de las flores que pueblan el cauce. El agua ha desaparecido y el Almanchares está totalmente seco en esta zona.



Pronto el agua vuelve a hacer su aparición. Cualquier pocita de agua sirve para bajar la temperatura de nuestros cuerpos. No estamos acostumbrados al sol de Andalucía.


Y disfrutamos de nuevas vetas en la roca.


El agua coge tonalidades verdosas en varios puntos. Seguimos de diminutos toboganes.


Entremezclados con alguna que otra dificultad vertical que requiere de cuerda.




Un pequeño pasillo nos deposita en una marmita espectacular, verdosa (siguientes fotografías).



Por el margen derecho, tras una pequeña trepada, un pasamanos nos permite remontar esta dificultad para hacer un pequeño salto (siguiente fotografías).





Para volver a cuerda.


En otra zona encontramos en el cauce varios discos de radiales que, me imagino, se le caerían por accidente a los operarios que instalaron las pasarelas de acceso a el Saltillo. Me llevo en la saca las que me salen al paso para depositarlas a buen recaudo en un contenedor de basura.


Los rápeles de pequeñas dimensiones se suceden.




Las pozas de recepción son de reducida profundidad. Imposible hacer como tobogán o saltar en la totalidad.




Un último pasillo nos muestra al fondo lo que se presume como final del descenso.


Aunque antes pasaremos por alguna dificultad.




Y varios pequeños destrepes, sin dificultad alguna.


Hasta llegar a un muro de contención, del que también sale un buen número de tubos para recolectar agua. La parte inferior del río está totalmente seca.



Desde el muro de contención cogemos sendero por el margen derecho que, en un par de minutos, nos deja en el área de recreo en el que se localiza nuestro coche.


Un entorno magnífico, con una ruta de aproximación única, para un descenso divertido y bonito.

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