viernes, 18 de mayo de 2018

Roteiro Mariñan-Costa Doce PR-G 96 (Playa de San Pedro a Sada)

Ruta por la costa sadense, en las proximidades de la ciudad de A Coruña, totalmente recomendable. En total, ida y vuelta, 14 kms. En el caso de disponer de dos coches, se pueden combinar, dejando el de retorno en Sada. De esta segunda forma, se harían 7 kms.

La ruta la iniciamos pasada la Playa de Cirro y la Playa de San Pedro, cuando la carretera finaliza y se convierte en una pista de tierra, después de una fuerte subida. Se adjunta fichero kmz de ruta. Como casi siempre, empezamos con el "track", aunque solemos variarlo e incluir modificaciones sobre la marcha. Somos bichos de monte, no de anchos caminos (fichero kmz Roteiro Mariñan-Costa Doce).

Dejamos el coche al final de carretera. En el "track" se ha ubicado un punto de aparcamiento. Varias construcciones familiares se localizan en esta zona. Cogeremos el camino ancho a nuestra izquierda.



Un balcón entre la arboleda nos permite ver el puerto de Lorbé al fondo y, en el mar, una gran cantidad de bateas. Aprovechamos para explicarle a los pequeños lo que son las bateas.



Seguimos unos cuantos metros por el camino.



En cierto punto, cuando vislumbramos que el camino coge bastante pendiente ascendente, abandonamos el "track" y nos desviamos por sendero poco marcado a nuestra izquierda. Sin duda alguna, una buena elección.


El sendero nos aproxima a costa, con buenas vistas.



Está poco marcado y con algo de vegetación, aunque se avanza perfectamente.


Entre altos helechos seguimos nuestro camino. Está claro que este sendero nos cortocircuita con el camino principal del "track", pero más próximos a costa y, sin duda alguna, más bonito.




La única nota negativa, la de siempre del monte gallego, el predominio del eucalipto. Una auténtica plaga invasora.


Los helechos nos acompañan en gran parte de este tramo.


Son varios los senderos que se entrecruzan.



El árbol caído nos saluda.


Para volver a salir al ancho camino inicial y entrar en el, llamémosle "track" oficial. Los "track" están muy bien, aunque siempre se deben tomar como lo que son, adaptando la ruta en cada momento al gusto de los participantes.



Un ligero ascenso y llegamos a un poste con varios carteles.


En este punto se localiza un desvío, de ida y vuelta, hacia el mirador de Punta San Mamede. Esta zona es la más espectacular de toda la ruta, un tramo 4 estrellas. Como es mayo y luce el sol, decidimos dejar este tramo para el retorno y aprovechar las horas de sol para seguir ruta y bajar a la Playa de Lourido.



Seguimos por el camino dejando a nuestra izquierda el tramo a Punta San Mamede. Aquí llega una carretera pero que no se toca en ningún momento. A nuestra izquierda por camino de inmediato nos encontramos con una reunión de ovejas.


Un gato pastor las vigila. Aunque observándolo, si fuese más grande seguro que se las comería.




Seguimos por camino ancho, de inmediato otra vez a derecha.


Algunos eucaliptos han cogido gran altura. Está claro que son un gran negocio, aunque no todo es pasta. Hay que buscar un claro equilibrio entre conservación del entorno y explotación maderera.

El camino se va convirtiendo en sendero, siempre descendiendo.


Hasta llegar a un cruce con un poste de señalización.


El sendero de la izquierda nos lleva a la Playa de Lourido.


Si eres un poco perro, mejor no pases (-:


En una sociedad civilizada creo que no sería necesario recordar esto. Pero como esta sociedad es un poco incivilizada, ....


Al fondo, descendiendo por unas escaleras, aparece ante nosotros la playa de Lourido. En estas fechas el color del agua es espectacular, un verde turquesa único. La mare está alta y más que una playa nos encontramos una pequeña cala.


En un islote próximo se vislumbra un gran eucalipto. Está claro que es una especie invasora. Crece hasta en las rocas. Sólo le faltan los plumachos alrededor. Creo que los ayuntamientos de la zona deberían iniciar campañas, similares a la de los plumachos, para eliminar los eucaliptos de aquellas zonas que no sean de explotaciones autorizadas, como el susodicho del islote. De esta forma le daríamos un poco más de posibilidades a las especies autóctonas.



Por las rocas avanzamos hasta la cala. En marea baja seguro que será una gran playa. Aunque es mucho más espectacular así.


No tiene nada que envidiarle a las playas de Hawái. El verde del agua, la arena fina, etc. Este enclave es, junto a la Punta San Mamede, lo más espectacular de esta ruta. Ambos enclaves 4 estrellas. Ante esto, y como las prisas son malas compañeras, pasaremos bastante tiempo en la cala. El resto de la ruta puede quedar para otra. Además, hemos podido disfrutar de una cala privada. No hemos visto bicho humano alguno en todo el rato que hemos pasado aquí. Qué más se puede pedir. Galicia es, qué voy a decir de Galicia. Llegué a esta tierra como estudiante y, en poco tiempo, decidí que haría todo lo posible para que se convirtiese en mi tierra y poder pasar el resto de mi vida aquí. Veintiocho años después sigo cumpliendo mi palabra.

Aquí empieza la locura, un bañito por aquí, un chapuzón por allá, que si me subo a esta roca, que si ...




Que si esta es nuestra pequeña isla, ....


Pasado un buen rato, regresamos a la ruta. El sendero de salida de la cala con marea alta tiene su encanto.


Antes de abandonar el mar ponemos la colada.


Y, de paso, te regalo una margarita.


De regreso, cogemos el desvío que nos lleva a Punta San Mamede. Ida y vuelta supone 2 kms., pero es una zona única. Por camino ancho, primero en horizontal y luego en suave descenso, nos aproximamos.


Antes de llegar al mirador, a nuestra izquierda, observamos un vertiginoso descenso, con cuerdas instaladas, a la Cala San Mamede. Obviamente, bajamos. La cabra tira al monte.





En un pino del otro lado de la cala, cerca del agua, una cuerda ha sido colocada a forma de liana para hacer el tarzán para entrar en agua. Seguro que en verano es zona de diversión de algunos pequeños.


Y vuelta a subir.


Retomamos el camino que traíamos, cómodo y ancho.



Antes de llegar al mirado nos asomamos al mar. Espectáculo total.


El mar nos devuelve toda la mierda que tiramos. En la cala de abajo una gran acumulación de troncos, con algo de basura.



Desde otra ventana observamos la Cala de San Mamede.


Y las bateas de Lorbé a lo lejos.


Bajo nuestros pies el agua rompe sobre las rocas.


De vuelta al camino, son pocos lo metros que quedan hasta el mirador.



Un animal raro y ruidoso nos sale al paso. En lugar de piernas tiene dos ruedas, emite un ruido molesto y echa humo por atrás.


Poco antes del mirador el mar se abre ante nuestros ojos.




Para llegar y disfrutar un buen rato desde el mirador de Punta San Mamede.



Espectáculo hacia cualquier punto que mires.


Para volver sobre nuestros pasos.


De regreso al coche decidimos coger la ruta oficial del "track". Claramente el desvío de ida por el sendero mucho mejor y con menos desnivel.


Y aquí finaliza un día de mayo fantástico, en el que hemos podido disfrutar de unas vistas únicas y de una cala privada. Posiblemente la publicación de esta entrada haga que la próxima vez la cala deje de ser privada, aunque debemos ser conscientes de que la naturaleza no tiene propietarios, debemos compartirla, siempre con total respeto y cuidado al entorno. Todos podemos disfrutar de este nuestro planeta.

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