martes, 5 de enero de 2016

Senda Verde Valle del Esgueva (Casasola-Villanueva de los Infantes, Valladolid)

Totalmente recomendable para hacer con niños. Recorrido no lineal que supone, ida y vuelta, un total de 36 kms. Dejando un segundo coche en Villanueva de los Infantes se puede eliminar el retorno, quedando la ruta en 18 kms. Recorrido por las llanuras del Valle de Esgueva, sin desnivel aparente alguno.

Se parte del entorno del Centro Cívico de la Urbanización Casasola, en las proximidades de la localidad de Renedo de Esgueva. Este Centro Cívico organiza todo tipo de actividades para los niños, por lo que es un punto de parada obligado. Mientras los pequeños juegan, los mayores aprovechamos par tomar un café.

Antes de nada, aquí el fichero kmz para google-earth con toda la ruta. Y en el siguiente el correspondiente mapa de ruta.



Iniciamos la ruta, tal y como se ha comentado, en la zona del Centro Cívico de la Urbanización Casasola. Aquí también localizamos unas instalaciones con porterías y cestas de baloncesto, en las que los pequeños pasan un buen rato (siguientes fotografías).



Aunque el cielo está nublado, y la lluvia nos acompaña, decidimos preparar las bicicletas e iniciar ruta.


Salimos por el Centro Cívico, en el que la tarde anterior pasamos un buen rato.


Para tomar a nuestra derecha hacia Renedo de Esgueva, que se vislumbra a lo lejos. En sentido contrario cogeríamos sendero pero, en lugar de hacia Villanueva, hacia la Valladolid. Pero como nuestro objetivo es alejarnos de las ciudades, tomamos camino en sentido contrario.


En todo momento avanzamos por senda con firme en asfalto tintado en color verde.


Es otoño y es necesario ir bien abrigados. En verano está zona es muy soleada, y será obligada una buena protección e hidratación.


En poco más de 500 metros llegamos a las afueras de Renedo de Esgueva. En este punto cruzaremos una carretera con tráfico a motor. Extremar las precauciones en este punto. De inmediato, a nuestra derecha, veremos las instalaciones del Valle de los 6 Sentidos. Con niños, de obligada visita para pasar una tarde completa.


Recorremos un largo tramo con Renedo a nuestra derecha. Volveremos a cruzar otra carretera.


Algún pequeño se dedica a practicar con su bici.


Aunque el cielo apunta agua, tenemos la suerte de que aguante todo el día sin caer sobre nuestras cabezas.


Las fincas aradas son la tónica general.


Y en el río Esgueva, los patos son otro de los atractivos para los pequeños.


La ruta no tiene pérdida posible, seguir la senda, con varios cruces por puentes sobre el río, cambiando de margen en varias ocasiones.


Por todo tipo de puentes, con todo tipo de firmes, y anchos.


Antes por el margen izquierdo del río, y ahora por el derecho.


También nos encontramos algunas áreas de descanso, en las que los vándalos han hecho de las suyas.


Y ahora por un puente de piedra.


Con vallas de madera.


Largas rectas casi interminables.


Y más puentes. De lado a lado, y sigo porque me toca.



Y otro puente más.


Para meternos en otra larga recta.



Y un nuevo área de descanso.


Para cambiar de margen nuevamente, por puente de madera.





Y llegamos a Olmos de Esgueva. En este punto los pequeños deciden investigar dicha localidad.


Recorremos las calles del pueblo.


Para llegar a la plaza del ayuntamiento.


Y parar en el bar Plaza.


Aunque habíamos metido bocatas en la mochila, decidimos abandonarlos al ver el gran despliegue de ricos pinchos que tenía dicho bar. Las siguientes fotografías son simplemente una parte de la barra. El resto de la larga barra presentaba el mismo aspecto, pero con otros tipos de pinchos. Los dos que faltan estaban buenísimos. Luego cayeron algunos más. Muy ricos.



Con el estómago lleno, nos dirigimos a la iglesia y parque de Olmos de Esgueva (siguientes fotografías).



Para volver a coger la senda verde. Alguna vieja construcción nos llama la atención.


Seguimos ruta por la senda verde, con algún tramo en obras, para reparar el firme, hasta llegar a Villanueva de los Infantes, punto en el que se localiza un parque, parada obligatoria con niños. 



Para iniciar retorno sobre nuestros pasos.




De regreso podemos observar un grupo de 28 perdices que, lejos de asustarse, se pegan un largo paseo delante de nosotros (siguientes fotografías).




Y con esto, y unos cuantos kilómetros más, llegamos al punto de partida. Una ruta estupenda totalmente recomendable con niños.

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