sábado, 29 de julio de 2017

Barranco Luna (Saleres, Granada)

En nuestra ruta de Granada a Salobreña, una vez pasada la localidad de Dúrcal que, en nuestro caso, se convirtió en lugar de pernocta, nos desviamos a la localidad de Saleres, próxima a esta pequeña ruta.

Se puede considerar una ruta, aunque se desarrolle por el interior de un barranco, dado que en los meses de julio-agosto, nunca después de lluvias, se puede hacer como un sendero apto para todos los públicos, con unas mínimas condiciones para moverse por senderos. Aunque también se puede considerar un descenso de barrancos, no siendo necesario el uso de neopreno, ni arneses, ni cuerdas, ni similares. Únicamente el bañador, dado que el agua no pasa nunca del nivel de la rodilla (en dichas fechas). De todas formas, por lo estrecho del barranco, no estará mal llevar casco, nunca se sabe lo que puede caer de arriba.

Ruta totalmente recomendable, especialmente para la gente que no es practicante del deporte de descenso de barrancos. Podrán disfrutar de algunos entornos típicos de este deporte, en una ruta corta y sencilla. La única nota negativa, que es una ruta muy cortita. Se entra en el barranco y, casi sin darte cuenta, ha finalizado. En total se recorrerá poco más de 3 kms.

Antes de nada, como siempre, incluimos un fichero kmz para google-earth maps para que puedas posicionarte en el inicio de la misma. Pon a navegar tu Smartphone y te llevará a Saleres y al inicio de ruta. En el pueblo una cuesta por carretera bien asfaltada, te llevará al cementerio. Aparca el coche en el aparcamiento del cementerio. Luego continuas caminando por la carretera 243 metros, en ligero ascenso hasta un camino que sale a la derecha de la carretera. Cogeremos dicho camino, en ligero descenso, siempre recto, hacia el barranco. En cierto punto cogeremos a izquierda. Sigue el kmz con tu móvil. Desde el coche al inicio del barranco entre 15 y 20 minutos, con mucha calma. En la siguiente fotografía el último tramo del camino antes de llegar al cauce del Luna.


El inicio del barranco discurre por sendero, sin ver agua alguna en el cauce.


Se desciendo por senderos bien formados, en algunos tramos acondicionados.


Y llegamos a una gran explanada, con un buen número de olivos, con un sistema de riego por goteo.


Para de inmediato meternos en un tramo del Luna espectacular, de estrechas paredes, en el que el agua hace su aparición. En este tramo nos encontramos pequeños y sencillos destrepes.


En otros puntos nos metemos en agua hasta la rodilla.


Es un barranco espectacular, que hará las delicias de los no practicantes de descenso de barrancos.


En otro punto, el más estético, observamos un empotre en lo alto del barranco.



Y con calma seguimos haciendo pequeños destrepes.




Disfrutando de un entorno barranquero sencillo, pero bonito.


Pronto, demasiado pronto, finaliza el estrecho. Y se escucha la frase, muy bonito, pero demasiado corto. Los pequeños están acostumbrados a hacer barrancos de varias horas y, claro está, 15 o 20 minutos de descenso, con calma, no les da para mucho, pero vale la pena totalmente.

En dicho punto cogeremos sendero ascendente por el margen derecho, algo perdedor. Los campos de naranjos predominan en esta ladera. Es propiedad privada, respeta la naturaleza y los árboles por encima de todo. Sigue el GPS para regresar en 15 minutos, con calma, al coche aparcado en el cementerio.


viernes, 28 de julio de 2017

Chelo a la Central de Zarzo (Betanzos, A Coruña)

Ruta muy recomendable, 4 estrellas, que supone, ida y vuelta, algo más de 7 kms. Gran parte entre árboles con sombra, siempre a orillas del río Mandeo. En la zona hay otras muchas rutas posibles. La localidad de cierto tamaña más próxima es Betanzos, que también se merece una completa visita.

El punto de partida es el área de recreo, que también tienen un centro de interpretación, de Chelo. Nuestro recorrido asciende siempre suavemente siguiendo el río Mandeo hasta la Central de Zarzo.

Adjuntamos fichero kmz para google earth-maps con la ruta. Como siempre, lo mejor es utilizar un Smartphone con GPS para posicionarte en Chelo, inicio de ruta, y también para el recorrido.

También incluimos un completo reportaje fotográfico de la ruta.

Pero antes de la ruta, decidimos subir en coche a la Espenuca, lugar en el que se localiza la Iglesia de Santa Eulalia (siguientes fotografías).




Desde la iglesia se tienen unas espectaculares, aunque tristes vistas, de las huertas de eucaliptos. Todo este valle tuvo que ser espectacular cuando los bosques autóctonos eran la tónica general. Ahora son las huertas de eucaliptos lo que predomina en la zona.



Y volvemos a la ruta, bajando en coche al área de Chelo (ver fichero kmz). Visitamos el centro de interpretación y también la construcción para permitir el ascenso de los salmones por dicho tramo del río.



Luego, por la zona del Centro de Interpretación, cogemos sendero que discurre por el margen izquierdo del río (derecho según subimos). Casi siempre a la sombra de un bosque espectacular que se limita, casi en todo el recorrido, a pocos metros del margen del río. La invasión lenta de los eucaliptos se hace palpable en varios puntos. Es la única nota negativa de esta y otros muchas rutas de la zona.






En cierto punto el sendero parece que finaliza. En esta zona tenemos que separarnos ligeramente del margen del río, por pendiente suave para, en 200 metros, volver al lado del agua.



También veremos varios puentes y pasarelas. Hay senderos por ambos márgenes del río. Se puede hacer el tramo de ascenso por uno y el descenso por el otro. El más cómodo es el que utilizamos nosotros.



Hay varios carteles y postes que señalizan otras rutas del entorno.





El verde y el musgo es lo que predomina en el sendero.











También se localizan algunos molinos abandonados, algo maltrechos.










Todo perfectamente señalizado.




Con alguna que otra construcción totalmente invadida por la vegetación.



Los pequeños no se resisten a cruzar toda y cuanta pasarela-puente aparece en el recorrido.



Hasta llegar a la Central de Zarzo, a la que accedemos tras atravesar un puente.





Luego volvemos sobre nuestros pasos.








En la zona de Chelo una parada para disfrutar del paisaje, siempre presidido por el río Mandeo.



Y con esto finaliza una ruta totalmente recomendable para una tarde soleada. Bueno, en invierno-otoño esta zona también es muy recomendable. Los colores cambian totalmente, y los verdes dejan paso a tonos anaranjados-marrones.